martes, 29 de marzo de 2011

EL DIARIO UN AMIGO CONFIABLE


Un diario puede convertirse en un compañero confiable, un amigo comprensivo en el mundo indiferente que nos rodea. La escritora Christina Baldwin asegura que “nos permite conservar una colección de imágenes que cuentan vivencias”. Como un álbum de fotos que nos proporciona una crónica visual de nuestro pasado, el diario abre la puerta a un mundo de “instantáneas” escritas que revelan y perpetúan nuestra trayectoria vital.
Los griegos idearon un tipo de almanaque llamado efemérides, en el que anotaban los movimientos diarios de las estrellas y los planetas. Los romanos, conquistadores de Grecia con su característico sentido práctico lo adoptaron y le añadieron sucesos ordinarios de la comunidad y de interés público. A ésta versión mejorada le pusieron el nombre de diarium, palabra derivada del vocablo  latino diez, que significa “día”.
Sin embargo, el diario, visto como depositario de los asuntos privados cotidianos no llegó a ser popular en occidente sino hasta el siglo XVII, cundo el inglés Samuel Pepys escribió en el suyo. Aquella narración, rara mezcla de piedad y mundanalidad, dió a los historiadores una de las crónicas más agudas de la vida en tiempos de Carlos II, rey de Inglaterra.
Desde entonces, los diarios se han hecho cada vez más populares, y muchos hasta se han convertido en valiosos documentos históricos. Entre ellos destaca el que escribió Ana Frank, una joven judía que se ocultó de los nazis; su diario es un testimonio desgarrador de la crueldad del hombre para con su semejante.
¿En qué consiste su atractivo?
Escribir un diario parece responder a una necesidad humana básica: la de expresarnos. Nos permite reflexionar en los sucesos que conforman nuestra vida, sea que plasmemos el gozo de ver a un niño pronunciando sus primeras palabras o el desarrollo de una relación afectiva. Cuando leemos sus páginas algún tiempo después, revivimos aquellos preciosos momentos y los sentimientos que engendraron en nosotros.
Uno de los mayores beneficios de llevar un diario es que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos. La escritora Tristine Rainer lo define como “una herramienta psicológica útil que permite expresar sentimientos sin inhibiciones”.
También se puede convertir en un instrumento para reflexionar sobre nuestra vida, plantearnos  nuevos objetivos o encontrar soluciones a los problemas. Expresar en un papel las preocupaciones y los sentimientos nos ayuda a centrarnos en las verdaderas cuestiones y enfocarlas de manera objetiva.
Así mismo, tiene aplicación en el campo de la enseñanza. La American Federation of Teachers (Federación Americana de Maestros) aconseja a los padres: “Animen a sus hijos a llevar un diario, ya que así cultivarán tanto los dotes para la escritura como la creatividad”.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar, busque un sitio tranquilo y un cuaderno o diario con el que te sientas cómodo. Hay que admitir que enfrentarse a una página en blanco puede intimidar bastante. Puedes plantearte preguntas como: “¿Qué cosas he hecho hoy?”, ¿Qué efecto han tenido en mí?, ¿Qué he comido?, A quién he visto?, ¿Qué sucesos han tenido lugar en la vida de las personas que me preocupan?" O comienza por el momento presente y pregúntate: ¿Cómo es mi vida?, ¿Cuáles son mis metas, mis sueños?. Después sin exigirte demasiado, deja que la escritura fluya. Escribe tanto o poco como te apetezca y con la frecuencia que desees. Sé abierto y transparente. No te preocupes por la gramática o las faltas de ortografía, pues nadie más va a ver tu trabajo. Prueba a pegar fotografías, recortes de periódicos o cualquier cosa que tenga valor para tí. Se trata de tu libro, así que no importa que presente una imágen pulcra o descuidada, que sea breve o extenso. Y solo tienes que escribir cuando quieras hacerlo. Si se convierte en una rígida obligación diaria, te sentirás frustrado y desanimado. De la misma manera que un científico utiliza un cuaderno para observar y anotar los cambios que experimenta algún organísmo bajo estudio, un diario puede ayudarte a percibir y a analizar tus propios modelos de conducta y tendencias. Se pondrán de manifiesto las penas y las alegrías, los puntos débiles y los fuertes, a la vez que mejorará tu aptitud para expresarte. Aunque es cierto que exige empeño, la redacción de un diario nos deparará muchas recompensas.
Sugerencias para empezar:
  • Elije un diario que sea resistente y fácil de llevar.
  • Busca un momento de soledad y un lugar tranquilo. Pon la fecha siempre que escribas.
  • Si hace unos cuantos días que no anotas nada, no te preocupes: sencillamente continúa donde lo dejaste.
  • No seas crítico con tu trabajo. Deja que las palabras fluyan libres. Anota detalles, no solo generalidades.

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